¿Cuándo una candidatura es la natural en un partido?

Por: José Nuñez.

Lo natural en su descripción más simple y vasta, es aquello que se encuentra en su estado virgen, tal cual fue creado por la naturaleza, en otras palabras, es donde el ser humano no ha puesto sus manos, y si es algo totalmente puro, donde los ojos tampoco han observado.

Mientras que en los casos humanos a nivel de cualquier conglomerado, es totalmente inverso, lo natural surge del tiempo trabajando en la institución o grupo, en su formación, con el sacrificio personal y la transparencia, lo que causa que al individuo se le tome confianza al rosarse, grajearse con su gente, y esto hace que se vea como el indicado para desempeñar una función determinada. Así se crea el líder comprometido y verdadero.

Ya que para una persona verse en un proyecto como el candidato natural en unas aspiraciones a nivel de un cargo electivo, como por ejemplo en un Club, una Junta de Vecino, de una Cooperativa, una Regiduría, una Diputación o para Alcalde, o Senador, en la gerencia de una empresa inclusive, siempre se basa en la experiencia trabajando en la institución.

Y también en la parte de mayor significación, toda vez que abarca a la sociedad en su conjunto; para una candidatura presidencial, aquí el etiquetamiento de decirle el hombre natural para el cargo, es en base al pulimento adquirido en el día a día y con un buen grado de liderazgo fortalecido con los años.

Es decir, para etiquetar a un aspirante como natural a un puesto electivo, siempre interviene el trabajo constante y generalmente de larga data, el hombre que ha estado en las buenas y en las malas, o también, se ha formado en base al estudio conjuntamente como la práctica, es decir, lo dual.

En las candidaturas naturales casi siempre existe una constante, están entre los más populares cuando se comparan con los demás aspirantes internos y externos, lo cual solo puede ser estropeado cuando intervienen las manos con su marketing negativo y sus papeletas, especialmente en las naciones subdesarrolladas.

Ahora bien, eso no quiere decir que un proyecto con un aspirante visto como el natural siempre logre ser el candidato en su organización, porque pueden existir situaciones en las que no es aconsejable lanzar un líder a unas aspiraciones presidenciales o a algún otro cargo de elección popular.

Uno de los mejores ejemplos de una candidatura natural haber perdido, la constituye Hillary Clinton cuando era aspirante a lo interno por el Partido Demócrata frente a Barack Obama para las elecciones del año 2008.

También al enfrentar a Danald Trump del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales del año 2016 en USA, en ambos casos Hillary perdió, tanto cuando fue a lo interno frente a Obama, como cuando aspiró por lo nacional de su país, y nadie pone en dudas que en ambas situaciones era la candidata natural, con mayor liderazgo y mayor popularidad que sus oponentes inclusive, por lo menos antes de la parte final de estos procesos.

Veamos ahora algunos ejemplos locales, en el 1986 el hombre que garantizaba el triunfo en el PRD como el candidato natural era Jacobo Majluta, y él no era el líder, pero lo que aconteció dañó la meta del perredeísmo en sentido general; ya que algunos de la casa no querían esa victoria, siendo el mayor opuesto el presidente de turno y compañero de partido, el doctor Salvador Jorge Blanco.

Y en el caso del PLD, para el año 2000, el candidato natural a la presidencia era el hombre de los apellidos históricos, con un perfil de actor de novelas, de la región del Cibao y Vicepresidente de la República, con una edad bastante joven, el más popular en esa coyuntura, el agrónomo y medico, Jaime David Fernández Mirabal.

Pero la estructura interna del PLD fue mayoritariamente a elegir inducida, y el candidato natural, que no es común, no era el trabajador y militante consagrado dentro del partido, mucho menos unos de los principales líderes, le rompieron los huevos dentro de la canasta, por supuesto, el dejar hacer, dejar pasar en beneficio de su amigo Danilo Medina, fue apoyado por quien controlaba el Estado en el año 1999; el doctor Leonel Fernández.

En el año 2012 ocurrió lo inverso, el candidato natural no era el más popular, pero sí el que se ganó el mote del representante de las bases, el que en honor a la verdad, se había dedicado a un laborantismo político interno de años, con muy pocos precedentes en la historia política partidaria dominicana, el licenciado Danilo Medina.

Todo ese trabajo interno y su liderazgo le favorecieron para que, la que rebosaba en popularidad, pero con poco trabajo político de militancia, doctora Margarita Cedeño de Fernández fuera forzada a retirarse y así abrir pasos al hombre perenne y que estaba muy cercano a las bases moradas, se confundía con ellas.

Para el 2016, independientemente de las contradicciones en las opiniones de cómo se llevó a cabo el proceso reeleccionista con Danilo Medina en el PLD, en esta coyuntura él reunía; popularidad, liderazgo y experiencia consumada, con una gestión de gobierno excelentemente valorada, lo que lo convirtió en el candidato natural, donde habló el resultado final.

Lo que queremos en definitiva es hacer notar, que una candidatura natural, puede ser y no ser la que en la realidad sea la que presente el partido, ya que se ha demostrado que existen otros elementos y variables que pueden torcer el curso de los acontecimientos, tal cual hace el hombre con las cosas naturales, las rompe, le da en «la madre», y casi siempre el daño es irreversible.

Pero se debe puntualizar, que si una candidatura natural en un partido político se cierra en banda porque le troncharon el camino, es muy probable que todo el proyecto institucional de ese momento se frustre.

En otras palabras, el dañar las candidaturas naturales en las organizaciones, de una forma u otra deja sus falencias, independientemente de que dentro de las excepciones aparezcan las justas y logren el objetivo de ganar, entonces imaginémonos lo que pasa internamente cuando se pierde.

En conclusión, lo natural es lo justo, pero en esta vida terrenal y especialmente en política, la justicia es lo que menos se impone, y todo es por la intervención de algo simple; los intereses.

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