
Nueva York. – En una noche cargada de presencia espiritual, la evangelista Nelly Tavarez condujo su poderoso programa devocionales por la emisora “ Semillas de Fe” , donde cerró su serie sobre los 12 apóstoles con una impactante reflexión sobre el más enigmático y controvertido de todos: Judas Iscariote.
Con un corazón agradecido por la misericordia divina, Tavarez comenzó su intervención exaltando el nombre del Señor y reconociendo que, aunque Judas es recordado como “el traidor”, su historia guarda valiosas lecciones que muchos desconocen y que pueden contradecir los corazones más endurecidos.
“El Señor no escogió gente de la alta élite. Escogió hombres comunes y corrientes como tú y como yo”, expresó la evangelista.
¿Quién fue realmente Judas Iscariote?
Judas, cuyo nombre significa “Jehová guía”, fue quizás el más misterioso de los doce. Su segundo nombre, Iscariote, hace referencia a su lugar de origen, Keriot, un humilde pueblo al sur de Judea, lo que lo convierte en el único de los apóstoles que no procedía de Galilea.
Era hijo de un hombre llamado Simón, del cual no se conocen mayores datos. Judas era una figura solitaria, sin conexiones familiares como el resto del grupo apostólico. Sin embargo, alcanzó un nivel de confianza tal que fue nombrado tesorero del grupo, rol que aprovechó para apropiarse de los fondos comunes.
Más cerca que nadie… pero lejos del corazón de Dios
Durante tres años, Judas caminó junto a Jesús. Escuchó sus enseñanzas, fue testigo de sus milagros, compartió sus días. No obstante, su corazón permaneció endurecido y su fe nunca floreció.
“Había dado su vida por seguir a Jesús, pero nunca le dio su corazón”, afirmó la evangelista.
Judas representa una advertencia viva: es posible estar físicamente cerca de la verdad, pero espiritualmente perdido. Su historia es una lección sobre las consecuencias del descuido espiritual, la avaricia y la ambición desmedida.
La traición que selló su destino
Cuando Jesús anunció que uno de sus discípulos lo entregaría, nadie sospechó de Judas. Su habilidad para disimular era tal, que ni los más cercanos lo identificaron. Fue Jesús quien conocía su corazón desde el principio.
Por treinta piezas de plata, Judas entregó al Hijo de Dios. Su remordimiento posterior no bastó para revertir su destino. La Biblia señala que, consumido por la culpa, se quitó la vida.
“Cometió el hecho más atrozo de la historia: traicionar al Salvador por unas monedas”, destacó Tavarez.
El propósito de Dios no puede ser frustrado
Pese a la oscuridad de su acto, la traición de Judas formaba parte del plan divino. “Aun el peor acto de traición obra para el cumplimiento del propósito soberano de Dios”, recordó la predicadora.
Su historia es una advertencia, pero también una herramienta de reflexión sobre nuestras propias motivaciones para seguir a Cristo. ¿Lo hacemos por amor y fe verdadera o por interés personal?
Una noche para la introspección
Nelly Tavarez concluyó con una pregunta poderosa: “¿Será que muchos estamos dando nuestra vida para seguirle, pero no le estamos dando nuestro corazón al Señor?”
La vida de Judas Iscariote, analizada con profundidad y contexto, sigue siendo una poderosa enseñanza para todos los creyentes. Una historia que, aunque dolorosa, forma parte del Evangelio eterno y del inquebrantable plan de redención de Dios.