
Por Orlando Pimentel
Ciudad de New york.-En una noche cargada de unción, revelación y verdad, la evangelista Nelly Tavarez estremeció a miles de oyentes con su más reciente entrega titulada «Del anonimato al trono», transmitida a través de su programa Devocionales, por la emisora SEMILLAS DE FE, en Facebook y YouTube.
Desde sus primeras palabras, Nelly dejó claro que este no sería un tema cualquiera. Con la fuerza de quien ha vivido la oscuridad del pozo y ha visto la gloria del palacio, nos guió a través de una profunda reflexión espiritual sobre los cambios, los fracasos, la restauración y la promesa divina del triunfo. “Las circunstancias negativas por las que quizás estás pasando ahora mismo son solo eso: circunstanciales. Tu destino es el trono, no el fondo del abismo”, proclamó con pasión.
Inspirada en la historia de José en la Biblia, Tavarez presentó un catálogo de siete principios que, más que pasos, son códigos espirituales para salir del estancamiento emocional, familiar, financiero o espiritual. Cada pregunta que planteó fue una sacudida al alma:
¿Cómo manejar las traiciones y los fracasos?
¿Cómo sanar un corazón roto?
¿Cómo dar a luz los milagros de Dios?
La respuesta se convirtió en una promesa: “Con fe, todo es posible”.
En medio de anécdotas vivenciales, citas bíblicas y un lenguaje profundamente humano, Nelly hizo un llamado poderoso a la transformación. “Este mensaje no es para los que lo tienen todo resuelto. Este mensaje es para los que han tocado fondo, para los que están a punto de rendirse, para los que claman por un milagro. Y ese milagro está más cerca de lo que piensas”, aseguró mientras los comentarios de agradecimiento inundaban el chat en vivo.
Con voz quebrada por la emoción, afirmó: “Yo también he estado en el fondo, y si estás allí, no es para destruirte, es para formarte. ¡Prepárate! Porque si abrazas este mensaje, tú también vas del ‘’anonimato al trono”.
La evangelista cerró con una declaración poderosa: “Estoy convencida de que Dios cambia vidas y cambia circunstancias”, animando a los oyentes a no rendirse, sino a creer en el cambio constante que opera la mano de Dios incluso cuando no lo sentimos.