
Por Isaura Estévez
Santo Domingo Este se cae a pedazos. La basura desbordada, los contenedores rebosados, el mal olor, la proliferación de ratas, los accidentes de tránsito y el caos urbano han convertido al municipio en una zona crítica.
Cuando llueve, la situación empeora: las calles se inundan, el tránsito colapsa y la ciudad se vuelve intransitable, aumentando los riesgos para la población.
A esto se suma la ocupación ilegal de espacios públicos, policías municipales incontrolables que usurpan funciones y la aparición de nuevos puntos de venta de drogas, cuyos principales clientes son personas que hurgan en los contenedores del Ayuntamiento.
El desorden, la inseguridad y el abandono institucional han llevado a los munícipes a un estado de desesperación.
En cada esquina el ayuntamiento instaló un contenedor o una caja que legalizan los vertederos para esconder la basura, pero el desborde de ellos y el mal olor en lugar d emejorar empeoran la situación
Se hace un llamado urgente al presidente Luis Abinader para que intervenga el municipio y lo declare en estado de emergencia, antes de que el deterioro sea irreversible.